Calle Velázquez Bosco y Calleja de las Flores

Ver:

• Baños Árabes de Santa María.
• Calleja de las Flores y su fuente.

Recorrido:

Casi al final de la calle Velázquez Bosco está la Calleja de las flores, sin salida y visita turística ineludible. Termina la calle frente al retablo de la Virgen de los Faroles en la fachada norte de la Mezquita. Se ha de girar a la izquierda para seguir por la calle Magistral González Francés.

Descripción:

La calle Velázquez Bosco está dedicada al arquitecto burgalés encargado de la controvertida restauración de la Mezquita a comienzos del siglo XX. Nacido en Burgos el 1843, muere en Madrid el 1923. Profesor en la Escuela de Arquitectura desarrolló gran parte de su obra en Madrid con el estilo ecléctico del último tercio del siglo XIX. Destacan el Palacio de Velázquez en el Parque del Retiro, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y el Ministerio de Agricultura. Su trabajo a principios del siglo XX en la restauración de la Mezquita de Córdoba ha sido criticado a veces, pero hay que tener en cuenta que los criterios de restauración no eran los actuales. Velázquez Bosco estudió el edificio palmo a palmo y, a diferencia de otros profesionales, documentaba todo su trabajo y prefirió no intervenir antes de inventar.

Las casas nº 1, Taberna los Faroles, del siglo XVIII y nº 2 del siglo XV tienen portada adintelada de piedra con elementos decorativos de transición al neoclásico, cuya cornisa sostiene el balcón. 

Velázquez Bosco casa nº 1	Velázquez Bosco casa nº 2

Tras la conquista de Córdoba en una de sus casas se construyó la primitiva cárcel por lo que se llamó Calle de la Cárcel.

Posteriormente se llamó Calle de las Comedias por el Corral de Comedias construido en el solar de la cárcel, obra del Arquitecto Juan de Ochoa del Siglo XVI y que funcionó durante el siglo XVII hasta su supresión en 1694 por orden eclesiástica tras las denuncias del beato Francisco de Posadas. En este corral trabajó el actor y dramaturgo Lope de Rueda y el actor cordobés Roque de Figueroa. Era de planta cuadrada, de 24 metros de lado, con capacidad para unos 800 espectadores sentados, más 300 en el patio, que podrían disponerse en lunetas y gradas. A partir de 1708 el edificio fue derruido salvo los muros exteriores y pasó a ser propiedad del Cabildo Catedralicio que lo dedicó a Museo de la Catedral a principios del siglo XX. Pasado a manos privadas su solar lo ocupa la casa nº 3 con portada de piedra adintelada y frontón curvo partido.

Los Baños árabes de Santa María están en el nº 10 de la calle Velázquez Bosco en el interior de una vivienda particular del siglo XIX, aunque son visitables. Los baños del siglo X son de reducidas dimensiones y están bastante bien conservados. El actual vestíbulo con bóveda de cañón fue en su día la sala de vestuario o reposo, (bait al-máslaj), y daba paso a la sala de agua fría (bait al-bárid) a la que se ha eliminado la bóveda y el estanque para convertirla en un patio abierto. No obstante se conservan las galerías originales de ocho columnas con capiteles califales y arcos de herradura (éstos, de factura moderna). La sala caliente (al bait al-sajín) es de planta rectangular con bóveda de cañón y conserva los vanos que albergaron las pilas de agua caliente y fría. Desde esta sala se puede acceder a un aljibe elíptico situado a más de diez metros de profundidad. El sistema de sauna consistía en calentar, con hogueras de paja y leña, los ladrillos refractarios del suelo, que estaba hueco. Sobre éste se vertía el agua fría para producir el vapor. Los baños se tomaban sobre bancos de madera. El patio era utilizado para el rito de la purificación de manos, boca, ojos y oídos previo a la oración del viernes.

Calleja de las Flores

Al final de la calle Velázquez Bosco, cerca de la Mezquita, está la Calleja de las Flores, azucaque estrecho cuyas paredes están adornadas con macetas y que termina en una recoleta plaza. Su trazado es de origen hispanomusulmán, pero a mediados del siglo XX, siendo alcalde Antonio Cruz Conde, fue acondicionada por Víctor Escribano Ucelay que cambió el pavimento, construyó los arquillos y la fuente central. Es uno de los rincones turísticos más visitados y su fotografía, con la torre de la Catedral al fondo, es un recuerdo obligado para todos los visitantes.

La fuente fue construida en 1960 por el arquitecto municipal Víctor Escribano Ucelay aprovechando materiales de derribo y está formada por un fuste de una columna de granito coronado por un magnífico, aunque deteriorado, capitel corintio. De la basa de la columna salen cuatro caños que vierten su agua en un pilón octogonal de mampostería. Sobre el capitel se ha colocado una artística cruz de cerrajería.

Cueros de Córdoba Meryan en el nº 2 de la Calleja de las Flores es una empresa familiar fundado en 1952 por Ángel López-Obrero dedicada a la producción manual de cordobán (piel de cabra curtida con zumaque, planta que le da más calidad a la piel) y guadamecí (técnica que aplica una fina lámina de plata sobre la piel ya curtida, para después pintar o policromar de forma duradera). Muestran su trabajo a los clientes empleando las mismas técnicas que en el pasado: el incisado con cuchillo, el modelado con espátula, el repujado oprimiendo el dorso de la piel con el repujador de bola. Para embellecer las pieles se colorean con tintes, se hacen mosaicos con pieles de diferentes colores o se metalizan con hojas de plata y oro en los guadamecíes. El taller produce obras artísticas en cuero repujado como paneles decorativos, reposteros, arcones, artículos de escritorio, sillas, escudos de apellidos y de ciudades, cofres, joyeros, hamugas, etc.