Puente Romano

Ver:

• Puente Romano.
• Triunfo de San Rafael.

Recorrido:

Recorrer el Puente Romano desde la Puerta del Puente hasta la Torre de la Calahorra. A la izquierda, el Puente de Miraflores. A la derecha los Sotos de la Albolafia con la Noria de la Albolafia, los Molinos de Téllez y de Enmedio en el centro y al final el Molino de San Antonio y la Calahorra.

Descripción:

Puente Romano. Puente de piedra construido durante la dominación romana en Córdoba a principios del siglo I d.C., tiene 331 metros de largo y 16 arcos, pues el 17 fue tapado en los años 60 del siglo XX al abrirse la Avenida de Fray Albino. Después de la conquista cristiana se reconstruye en un extremo la torre de defensa de la Calahorra y en el otro la Puerta del Puente, levantada en tiempos de Felipe II por Hernán Ruiz III en 1572. Fue el único acceso por tierra a la ciudad desde el Sur y, probablemente, la Vía Augusta que iba desde Roma hasta Cádiz pasaba por él. Hasta mediados del siglo XX que se construyó el Puente de San Rafael el Puente Viejo cumplió en solitario la misión de facilitar el tráfico sobre el río, formando parte de la Nacional IV que unía Madrid con Cádiz. Fue cerrado al tráfico en el 2004.

Con veinte siglos de existencia el Puente Romano ha sufrido muchas destrucciones y reformas, quedando de la construcción original sólo los sillares y los arcos 14 y 15 comenzando a contar desde la Puerta del Puente. El puente se levantó con dieciséis arcos apoyados en estribos o contrafuertes con forma de medios cilindros coronados por medios conos, sobre tajamares angulares para cortar la corriente de agua. Hay constancia de reformas importantes durante la dominación musulmana, en especial la relizada por Al-Hakem II en el 971, y también durante época cristiana, como la colocación en el año 1651 sobre uno de los barandales de piedra, una imagen del Arcángel San Rafael. En 1876 sufrió una reparación general y se realzaron los estribos. En los primeros años del siglo XX se revistiron de cemento los sillares a soga y tizón de época árabe. El año 1965 se adiciona una arcada en el extremo de la margen izquierda, para proteger de la fuerza del agua los cimientos de la Calahorra. Además, se colocó un pretil moderno y se destruyó el balcón y la hornacina que contenía el altar dedicado a San Acisclo y Santa Victoria.

Reforma del 2008. Dos años después de estar el puente tapado con lonas pintadas por Luis Gordillo, el 9 de enero de 2008 se inauguró la mayor remodelación realizada en el Puente Romano, dirigida por el arquitecto cordobés Juan Cuenca Montilla por lo que se le ha concedido la Medalla de Andalucía. Con la restauración se pretende devolver al puente su aspecto original, por lo que se han limpiado los tajamares, quitado el cemento que ocultaba los sillares originales, sustituido el adoquinado de 1927 por un suelo liso de granito rosa y recuperado la hornacina dedicada a San Acisclo y Santa Victoria. En el lado de la Calahorra se ha eliminado el añadido de los años 60 del siglo XX que rodeaba la torre y en el extremo norte se ha nivelado con el Paseo de la Ribera y la Puerta del Puente. La iluminación, que estaba prevista empotrada en los pretiles del puente, se ha cambiado por faroles en la calzada. Tan ambicioso proyecto ha estado desde su origen rodeado de polémica tanto en el ámbito popular como en el político, en especial por el empleo del granito rosa del pavimento y el aspecto de nuevo con el que ha quedado el puente.

El Ayuntamiento solicitó al comité español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) un informe valorativo de la restauración. Este órgano asesor de la Unesco aprueba la reforma con reparos: no se han modificado "los valores universales del bien", pero se podía haber hecho "alterando menos la imagen del puente" teniendo en cuenta la importancia que le dan los cordobeses. En su defensa señala que no se ha mermado "la autenticidad e integridad materiales e históricas" del monumento, que el conocimiento actual sobre el puente "es mucho más profundo" y que han sido correctos los trabajos de repapración y consolidación. Respecto al polémico granito rosa, el informe dice que "no le resta autenticidad ni integridad al bien", pero un diseño más parecido al que había antes habría impactado menos y provocado menos rechazo. Concluye diciendo que un diseño "más parecido al existente antes de la intervención, habría supuesto un impacto mucho menor y habría permitido que la población lo asimilase mucho más fácilmente".

Triunfo de San Rafael. El jesuita Juan Bautista Caballero propuso que se erigiese una estatua en el Puente Romano como muestra de la gran devoción de los cordobeses al arcángel San Rafael y en agradecimiento de su protección durante la epidemia de peste de 1649. La imagen fue encargada a Bernabé Gómez del Río y se colocó en 1651 sobre el pretil del puente, desde donde bendecía a todos los visitantes que atravesaban la Puerta del Puente. La estatua de San Rafael se alza sobre un altar de dos cuerpos con sendas inscripciones conmemorativas.  La situada en el extremo inferior es del 19 de septiembre de 1789 y fue ofrecida por el gremio de curtidores al recién proclamado rey Carlos IV. Con motivo de la remodelación del Puente Romano el triunfo fue restaurado y limpiado colocando a sus pies un expositor para colocar las velas que los devotos le encienden continuamente. Aprovechando los trabajos de restauración se ha recuperado frente al Triunfo de San Rafael el altar dedicado a los santos patrones de Córdoba San Acisclo y Santa Victoria. En una hornacina protegida por cristal están grabados los nombres de los santos y las palmas del martirio.