Plaza del Socorro y Plaza de la Almagra

 Ver:

• Ermita del Socorro
• Arco Bajo de la Corredera con azulejo dedicado a la Virgen del Socorro.
• Farmacia Villegas.

Recorrido:

Dejando a la izquierda la calle Prensa se bordea el Anexo al Pósito antes de llegar a la Plaza del Socorro. Se pasa por el Callejón del Toril camino a la Plaza de la Almagra. En la plaza confluyen las calles Carlos Rubio, Gutiérrez de los Ríos, la Calleja de Doña Engracia, que rodea unos edificios, se ensancha en una plaza y sale a la calle Escultor Juan de Mesa, por la que se continúa el paseo.

Descripción:

A la salida del Arco Bajo de la Corredera está la Plaza del Socorro. Se había llamado del Hospital de San Martín, de la Trinidad y de la Virgen de los Ángeles por el hospital del mismo nombre que hubo en la Corredera y que fue derruido para la ampliación de la plaza. El nombre actual se debe a la ermita del Socorro. Además de la calle Prensa a la que ya se ha aludido sale de ella la estrecha calle del Toril, denominada así por ejercer de tal en las corridas de toros de la Corredera. El camarín de la imagen de la Virgen del Socorro sobresale de la ermita formando un arco por encima de la calle Toril, como se ve en la foto.

Ermita de Nuestra Señora del Socorro.

La iglesia fue construida en 1685 en sustitución de la que existía en la Corredera del Hospital Nuestra Señora de los Ángeles, que se vio afectada por la ampliación. Creada la cofradía del Socorro disputó la titularidad a la de los Ángeles resolviendo el pleito a su favor al sustituir de noche la imagen que había en la fachada por la de la Virgen del Socorro, manteniéndola para siempre a pesar de las reclamaciones. La iglesia tiene planta de cruz latina de una sola nave con camarín al fondo. La fachada es rectangular rematada con frontón triangular. La entrada está cubierta con un arco de medio punto con un escudo mariano, sobre el que hay un frontón partido. El cuerpo superior lo forma una hornacina central con la imagen de la Virgen a cuyos pies hay una placa conmemorativa del final de la construcción (1696), flanqueada por dos óculos y rematada con un frontón triangular. La fachada policromada, alterna los colores ocre, rosa y blanco.

Plaza de la Almagra. Ramírez de Arellano no aclara el origen de su nombre: título que en ninguna parte hemos visto aclarado de una manera satisfactoria. Quien dice que casi todas sus fachadas estuvieron embadurnadas con aquella pintura; quien que la vendían en aquel punto, y quien, por último, que era por la que gastaban los caldereros en los efectos de su oficio; pero nada de esto satisface nuestra curiosidad. La parte central de la plaza la ocupa una pequeña rotonda con una farola reproducción de la fuente de Canaletas, similar a la colocada en la Avenida de Barcelona donada por el alcalde de dicha ciudad. En la esquina con Gutiérrez de los Ríos hay una bonita casa rematada por un torreón en la esquina.

Casa regionalista. En el nº 8 de la Plaza de la Almagra está la casa de estilo regionalista que perteneció al empresario vinícola Pérez Barquero, obra del arquitecto Francisco Azorín Izquierdo, nacido en la localidad turolense de Monforte en 1885. Fue un hombre polifacético en el que se mezclan su actividad profesional como arquitecto y urbanista, la militancia en el Partido Socialista, su vinculación a la masonería, al movimiento esperantista y al nacionalismo y su implicación en la vida cordobesa hasta que la guerra civil le obliga a desterrarse a México, donde murió en 1975. Azorín llegó a Córdoba procedente de Málaga a finales de 1912 como arquitecto de Hacienda y profesionalmente estaba interesado en la mejora de los saneamientos, la vivienda social y la construcción de escuelas. Sus primeras obras cordobesas presentan una mezcla de regionalismo, historicismo y modernismo. Además de esta casa destacan la Casa del Pueblo de la plaza de Alhóndiga (de la que sólo se conserva el arco ultrasemicircular de la fachada), la casa Cabrera de la plaza de Abades, el edificio Hierro Aragón en la esquina de la calle Diario de Córdoba con Fernando Colón o la casa Peláez Deza de la calle Concepción.

La Farmacia Villegas, establecida desde 1884 en la casa que ocupa la esquina con la calle dedicada al escritor Carlos Rubio, conserva el mobiliario de estilo modernista con una gran mesa central con relieve en el frontal con las iniciales EV de Enrique Villegas, su fundador. Las estanterías están artísticamente decoradas por el ebanista Francisco Osuna y en los anaqueles centrales están expuestos los originarios albarelos o botes de cerámica fabricados en París, con el nombre de la sustancia que contiene. El techo está decorado con un óleo sobre lienzo de Rafael Cruz que representa una mujer con la copa y la serpiente, símbolo de la farmacia, en una mano y en la otra una corona de laurel.